viernes, 19 de abril de 2013

Alicante. Un grabado de la Santísima Faz, siglo XVIII, y el Himno Salve Sancta Facies

 
 
 
 

VERA EFIGIE
De la ssma FAZ de la Ciud de Alicante
á expensas de su Iltre y noble Ayuntamiento.
Pedro Paredes, del. et sculp. Alicante
 
 
  
   Grabado calcográfico de Pedro Paredes en el libro Disertación histórico - dogmática sobre la sagrada reliquia de la SSma. Faz de Ntro. Sr. JesuChristo, venerada en la ciudad de Alicante...", del Padre Joseph Fabiani, del colegio de la Compañía de Jesús de Alicante, publicado en Murcia en 1763. El libro completo está en la Biblioteca Digital Hispánica de la Biblioteca Nacional.
 
  
 
 
 
 Fuente: Biblioteca Nacional - Biblioteca Digital Hispánica.
 
 
 
 
 
 
 
    En 1889, con motivo del Cuarto Centenario de la Santa Faz, la Junta organizadora convocó varios certámenes musicales y literarios. Uno de ellos era "un premio consistente en una medalla de oro, conmemorativa del Centenario, al autor de la mejor partitura para orquesta y voces, sobre el Himno religioso (...)" Salve Sancta Facies. Se presentaron seis pliegos al concurso, pero no hemos localizado el nombre del ganador.
   El periódico El Alicantino publicó la letra de este antiguo Himno a la Santísima Faz, en latín, el 10 de abril de 1889.
 
   
 

  El alicantino, 10 de abril de 1889.
Biblioteca Virtual de Prensa Histórica.
 
 
 
   El mismo periódico publicó esta traducción del Himno el 21 de abril de 1889:
 
 
 
 
HIMNO A LA SANTISIMA FAZ
 
Salve, Faz adorable
Del Redentor bendito,
Cuya hermosura brilla
Con esplendor divino,
Que impresa fué en un velo
Cual la nieve blanquísimo
Y dado á la Verónica
De puro amor en signo.
 
Salve, honor de la tierra,
Espejo de los santos,
Que anhelan ver las almas
Que á los cielos llegaron;
Límpianos de la mancha
De todos los pecados,
Y asócianos al coro
De bienaventurados.
 
Salve, oh tú, nuestra gloria,
Donde esta vida amarga
Y pecadora y frágil
Que tan rápida pasa,
Condúcenos al cielo,
Oh Imágen venerada,
Para admirar de Cristo
La Faz hermosa y Santa.
 
Según te lo rogamos,
Sé nuestro amparo cierto
Sé nuestro dulce alivio
Y sé nuestro consuelo
Para que no nos dañe
Del enemigo el peso
Sinó que con los justos
El descanso gocemos.
 
 
 
 
 




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